martes, 18 de octubre de 2011

Buscándote a ti mismo, y no hay nadie en casa.

Cuando te llamas a ti mismo, y no hay nadie "en casa". ¿Nunca os ha pasado? Momentos de reflexión tras la pantalla, quizás en la cama. De noche. Mirando a la nada. A la oscuridad infinita de tu habitación. ¿Cómo te sientes? No tienes sueño. Pero tampoco tienes nada mejor que hacer. No tienes a nadie a quién escribir esos mensajes de amor, no esperas ninguna llamada de nadie, no esperas nada. Qué pasa, ¿Te sientes realizado? No. Soy un desgraciado. Mírate. Como un imbécil. Sin dormir. Rayado. Triste. Hambriento. De cariño por supuesto. ¿Cómo estará ella en este mismo instante? Rayada quizás, durmiendo tal vez.. No se, Qué más da! No lo vas a saber. Cierras los ojos. Ohh mierda, es ella, otra vez. Fuera fuera. Joder, hasta con los ojos abiertos..
¿Cómo te ves? ¿Qué sientes? Me veo.. normal. Ni alto ni bajo, delgado pero no tirillas. Guapo según dicen. ¿Y ahora en el interior? Triste, vencido, agotado, apagado.. La gente te lo dice. Vas con cara de mala ostia por los pasillos.
Quizás alegre en clase, soltando paridas, riéndome de mi mismo, de lo absurda y monótona que es mi vida.
Y luego, la ves. A ella. Otra vez. Y ríe. Y habla. Y todos se ríen. Todos menos tú. Y querrías saber que es lo que siente, querrías saber si eso es una fachada. Pero no. Te giras, y te vas.
Y vuelves a la rutina. Esa rutina pesada, como una carga, que ya no te gusta como antaño.
Y recuerdas esa otra que sí te gustaba, igual, calcada.. Solo que ahora falta esa pieza clave.
Vuelves a la cama. Miras el móvil, con la vaga esperanza de .. nada. Y cierras los ojos, y la vuelves a ver.
La vida es sueño, y los sueños, sueños de mierda son.

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