sábado, 28 de enero de 2012

Apuesto mi vida, para ganarme la tuya.

Tarde perfecta. Tarde soleada. Diciembre. Sábado. Día perfecto. Para ser feliz. O eso se supone. No sé que harás. Ni con quién. Sólo sé, que conmigo no es. Y hace daño. Te imagino en la calle, con el sol dándote en la cara, iluminando tus mofletes rojos, tu piel fina, clara, y tus ojos verdes. Agg.. qué imagen más bonita. Y más deseada. Te imagino sonriendo, quizás con un cigarro en la mano. Hablando con alguien, pensando en esa tarde, en qué harás, y lo feliz que estarás. Vaya.. Me miro a mi mismo, sentado en la silla, frente a la ventana, con la cortina echada para que no me de el sol en la cara. Me asomo un poco y veo el cielo. Joder, todo azul. Por mi cabeza pasan miles de imágenes, y tú tarde o temprano sales en todas. Y mientras ocupas el 90 % de mis pensamientos.. te vuelvo a ver, muy lejos de mí.. Y apuesto lo que sea, a que ahora mismo, no estás pensando en mí. Ojalá me equivoque.

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