Del amor al odio hay un paso dicen. Y creo que yo lo he dado, y con mucha fuerza.
No confío en que un clavo saque otro clavo, ni en que otra persona pueda hacerme olvidar tantas cosas. Por fin se dónde está la solución: en mí. Parece que al fin va desapareciendo poco a poco el dolor y la tristeza, la primavera se va llevando todo ese ruido que el maldito invierno nunca se llevó. Mi cama ya no te echa de menos. Ya no extraño ese "olor a ti", ni tus te quieros ni tus buenas noches. Poco a poco he conseguido aprender a vivir sin ello de nuevo. A volver a ser YO. Al yo de siempre, al de antes de conocerte hace casi tres años. Si preguntan, no me acuerdo. Nada es comparable, no se puede negar. Pero no, ya nada depende de ti, sólo eres el recuerdo efímero de todo aquello que me pasó por primera vez. Pasado pisado. Quizá el verano y su calor me hagan anhelar ciertos recuerdos, pero abriré los ojos y despertaré a la realidad, fuera pesadillas.
Nuevos labios me alimentarán con besos, nuevos cuerpos me harán estremecer de nuevo. Mientras tú sigues con tu vida, tu recuerdo se irá difuminando poco a poco, hasta desaparecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario