lunes, 27 de febrero de 2012
Desamor.
Dolor. Un dolor terrible. Un dolor que no es físico. Un dolor que desgarra lo más interior.. Un dolor que me mata a cada puto segundo que pasa, a cada situación que imagino.. Cada vez que pienso que otro ya ha besado tus labios, que otro ha disfrutado de lo que más he deseado yo.. Que otro, quién sabe, haya disfrutado de esas cosas que sólo he disfrutado yo. Me mata. Y me remata. No sé cómo describir esto.. Dolor, desilusión, odio.. Es un cúmulo de sentimientos, dolorosos todos ellos. No sé quién será.. Seguro que es más guapo, más alto, estará más bueno, será más mayor, quién sabe si tiene moto o coche, si vivirá cerca tuya. En todo eso me podrá ganar, no es muy difícil.. Pero no te dará lo que te he dado yo. No te va a querer igual, no te va a hacer sentir lo mismo, porque en querer más a una persona que a uno mismo no me gana nadie. Ya te darás cuenta, otra vez. Por lo menos me queda la certeza de que soy el mejor en esto.
domingo, 26 de febrero de 2012
Y pasa el tiempo..
Y pasa el tiempo y mientras pasa, considero, que es una falta de respeto y un engaño tan ruin, que cuando al fin ya sé como funciona el juego se me acaban las monedas, ironías de vivir.
Parece que mi vida actual es la ejemplificación de las leyes de Murfhy. Si algo puede salir mal, saldrá mal. Sólo hay que mirar atrás. Hace un año. Y lo recuerdas con envidia y felicidad. Perfecta conexión con los amigos, tardes fantásticas con ellos, buen estado de ánimo, fuera rayadas con los estudios, un lujazo en el fútbol.. Ahora miras al presente, y ya no queda nada. Todo ha cambiado. Para mal por desgracia. Quién sabe si irá a bien, quién sabe si irá mal. Mala suerte, mala racha. Llamémoslo como queramos, pero acábate ya, por favor.
Parece que mi vida actual es la ejemplificación de las leyes de Murfhy. Si algo puede salir mal, saldrá mal. Sólo hay que mirar atrás. Hace un año. Y lo recuerdas con envidia y felicidad. Perfecta conexión con los amigos, tardes fantásticas con ellos, buen estado de ánimo, fuera rayadas con los estudios, un lujazo en el fútbol.. Ahora miras al presente, y ya no queda nada. Todo ha cambiado. Para mal por desgracia. Quién sabe si irá a bien, quién sabe si irá mal. Mala suerte, mala racha. Llamémoslo como queramos, pero acábate ya, por favor.
sábado, 25 de febrero de 2012
Ilusión, desilusión.
Pero vuelvo a la realidad. Solo. Y miraré con ilusión el movil, lo soltaré sin ella. Y me iré a la cama, pensando aún más en ti. Como siempre.
jueves, 23 de febrero de 2012
You.

Volver a temblar cuando me miras a los ojos, no saber que decir cuando se dirigen a mí esos labios rojos que me embrujan, la piel que se eriza cuando me rozas, cuando delicadamente me das la mano, cuando así como por descuido, me coges de la cintura.
Y te vas. Pero yo no me voy de allí. Por lo menos mentalmente. Embobado. Viéndote marchar. Con ese movimiento de caderas provocativo que no te gusta aceptar, y que me derrite.
Y te vas. Y me voy. Sólo. Y no me gusta. Y sólo pienso en la idea de comer juntos fresas con chocolate.
miércoles, 22 de febrero de 2012
Acariciarte.
Estado de soledad. Estado de no estar. Así es como estoy. Sin ti. Tragarme el orgullo y hablar contigo como si nada, callarme la boca, por no decirte te quiero. Mirar a otro lado, para evitar las ganas de besarte. Verte a lo lejos, y sonreír. Te acercas y me abrazas, y yo, tiemblo. Sí, a éstas alturas. Tiemblo. Cada vez que te veo. Cada vez que te acercas y sobre todo.. cada vez que rozo tu piel. Esa piel tan suave, que tantos besos míos lleva tatuados.. Esa piel que se ponía de gallina en los momentos de pasión, que se enrojecía en los momentos de calor. Esa piel que me se de memoria, la que se ve y la que no se ve.. Esa piel perfecta, clara, brillante. El mínimo contacto me hace recordar mil cosas, mil besos, mis caricias prohibidas, mis locuras.. Y sin poder evitarlo, pienso en ti. En tu piel desnuda. Y en lo que nos gustaban esas caricias en la espalda. Esas caricias que tanto me hacen falta, tumbados en cualquier lugar, suaves, relajantes, con amor.. Esas caricias que hacían que hasta nos durmiéramos en el sofá, caricias que nos hacían estremecer de amor.
Vaya, cuánto lo echo de menos, y cuánto las necesito.
Y yo aquí sigo, pensando en ti, en tu piel, en tus caricias.. en volver a verte, volver a temblar, volverte a mirar a los ojos..
Esperando a tener un rato a solas, para poder abrazarte con ganas y mirarte, y comer chocolate, como antaño..
Vaya, cuánto lo echo de menos, y cuánto las necesito.
Y yo aquí sigo, pensando en ti, en tu piel, en tus caricias.. en volver a verte, volver a temblar, volverte a mirar a los ojos..
Esperando a tener un rato a solas, para poder abrazarte con ganas y mirarte, y comer chocolate, como antaño..
miércoles, 8 de febrero de 2012
¿Qué sentido tiene la vida? No hay tiempo para pensarlo.
Nacemos y crecemos. Disfrutamos, sufrimos, estudiamos, trabajamos, criamos, amamos, herimos.. y morimos. Vaya. Qué simple parece esto. Al fin y al cabo, nacer para morir. Duda que nunca resolveremos. Y duda que siempre nos matará. Amamos y somos amados, herimos y somos heridos, nos educan para después educar nosotros. Disfrutamos, para después, ver como disfrutan otros. Y nos vamos. ¿A dónde? Joder. Ciencia, religión. Religión, ciencia. ¿De verdad aprovechamos nuestros días? Pasan los años, pasa tu vida.. pasan los meses.. pasan los días.. pasan las horas, también tus minutos. Éste puede ser tu último segundo. Qué historia más triste.
Naces y pasan los años, disfrutas, vives, observas, aprendes.. Más tarde amas, lloras, sufres. Los acontecimientos te van marcando a fuego poco a poco, a fuego lento.. pero a un paso imparable. Un paso inquebrantable, como es el del tiempo. Se consume sin darnos cuenta. Nuestra vida es una gran llama. Al principio luce y calienta con todo su esplendor, alimenta nuestras esperanzas de seguir sintiendo ese calor, de seguir disfrutando de lo visible. Poco a poco y sin darnos cuenta, apartamos la vista, y cuando volvemos a mirar, esa espléndida llama no es más que un poco de yesca luciendo entre un montón de ceniza. Ceniza somos, en ceniza nos convertiremos, decían.
Lo perdemos a lo tonto. Y después.. tristeza. Pierdes cosas importantes en tu vida, y tristeza. Tristeza de no haber podido aprovechar bien el tiempo pasado. Tiempo que nunca, NUNCA, se va a poder recuperar. Llega un momento en tu vida en el que algo se activa. Y algo en tu interior te dice que hay que reaccionar. Las experiencias te van marcando, y van accionando mecanismos. Eh! Otro. Es un aviso. Aprovecha tu tiempo, ahora que puedes. Estamos aquí únicamente de paso. Como lo están todos. Sufrimiento efímero al fin y al cabo. Dulce tormento, cuento con final amargo. Porque, después de todo, tan sólo somos polvo de estrellas.
Naces y pasan los años, disfrutas, vives, observas, aprendes.. Más tarde amas, lloras, sufres. Los acontecimientos te van marcando a fuego poco a poco, a fuego lento.. pero a un paso imparable. Un paso inquebrantable, como es el del tiempo. Se consume sin darnos cuenta. Nuestra vida es una gran llama. Al principio luce y calienta con todo su esplendor, alimenta nuestras esperanzas de seguir sintiendo ese calor, de seguir disfrutando de lo visible. Poco a poco y sin darnos cuenta, apartamos la vista, y cuando volvemos a mirar, esa espléndida llama no es más que un poco de yesca luciendo entre un montón de ceniza. Ceniza somos, en ceniza nos convertiremos, decían.
Lo perdemos a lo tonto. Y después.. tristeza. Pierdes cosas importantes en tu vida, y tristeza. Tristeza de no haber podido aprovechar bien el tiempo pasado. Tiempo que nunca, NUNCA, se va a poder recuperar. Llega un momento en tu vida en el que algo se activa. Y algo en tu interior te dice que hay que reaccionar. Las experiencias te van marcando, y van accionando mecanismos. Eh! Otro. Es un aviso. Aprovecha tu tiempo, ahora que puedes. Estamos aquí únicamente de paso. Como lo están todos. Sufrimiento efímero al fin y al cabo. Dulce tormento, cuento con final amargo. Porque, después de todo, tan sólo somos polvo de estrellas.
lunes, 6 de febrero de 2012
Querido abuelo
Hoy es un día triste. La verdad, bastante. Cuesta escribir estas palabras mientras no haces más que recordar momentos junto a él. Hoy dejo de lado al amor, a los amigos, a los problemas insignificantes al fin y al cabo.. Y me centro en ti. Te fuiste hace nada, y ya todos te echamos de menos. A tu voz grave, a tu acento pueblerino, a tu forma de ser, a tu bastón, a tu leña, a las arrugas de tu cara, a esa mirada profunda, que se ha apagado. Todos éramos conscientes de lo mal que estabas, de que tu cuerpo no resistía más, pero aún así ha dolido mucho despedirse de ti. Más que nadie yo se lo que has pasado. Te he acompañado en todos estos malos momentos, he visto cómo ese hombre rudo y fuerte que siempre recordaré, partiendo leña, se convertía poco a poco en un saco de huesos y pellejo. El maldito alzheimer fue matando tus recuerdos, tus pensamientos, la claridad de tus ideas. La metástasis de tus huesos hizo polvo tus piernas. Y el cáncer, poco a poco, te alejó de nosotros. Meses postrado en una cama, con heridas y dolores continuos, pensamiento borroso, ideas menos claras. La verdad, me alegro un poco de ello, de que perdieras la cabeza en los últimos momentos, así sufriste menos, y nos hiciste sufrir menos a nosotros, y también, por qué no, sacarnos alguna sonrisa. Posiblemente ni te dieras cuenta, posiblemente, a los diez minutos después de ir a verte al hospital, ni te acordarías. Y probable es que ni siquiera supieses quien era. Y de eso estoy muy orgulloso, de haber perdido mañanas y tardes enteras por ir a verte, por no poder salir muchos días por visitarte, por ir a verte después de cada entrenamiento, y también felicitarte en persona en cada uno de los días importantes de Navidad. Quizás me queda esa espinita clavada, de no poder haber disfrutado más de tu plena compañía, de esos días en el pueblo que ya nunca más se van a repetir, que de pequeño tanto odiaba y tan aburridos me parecían, y ahora tanto echo de menos. Días que parecen tan cercanos pero de los que hacen años y años y años.. Con esos momentos buenos son los que me voy a quedar. También me queda el consuelo de que, casualidad o no, fui el último en verte relativamente bien, y que esa última vez que te vi y pudiste apretarme la mano, te pude hacer reír como un niño. Esa sonrisa envuelta en dolores y calmantes, y esos besos que te dí antes de irme, eso, se ha agarrado a lo más profundo de mi corazón y no se va a mover de ahí hasta que, en un futuro, quién sabe, pueda volver a disfrutar de tu compañía allí donde quiera que estés.
De algo puedes estar orgulloso, y es del cariño que te teníamos todos. Estabas muy guapo el día de tu despedida, como siempre fuiste. Todo lo que más querías en este mundo fue a despedirse de ti. Prometo ir a verte cada vez que me sea posible, y hablar contigo y contarte como pasa mi vida, ojalá, para bien.
Después de una vida entera trabajando en el campo, y después meses y meses de dolor. Te toca descansar al fin. Te lo mereces. Tu llama nunca se apagará dentro de nuestros corazones. Descansa merecidisimamente en paz abuelo.
De algo puedes estar orgulloso, y es del cariño que te teníamos todos. Estabas muy guapo el día de tu despedida, como siempre fuiste. Todo lo que más querías en este mundo fue a despedirse de ti. Prometo ir a verte cada vez que me sea posible, y hablar contigo y contarte como pasa mi vida, ojalá, para bien.
Después de una vida entera trabajando en el campo, y después meses y meses de dolor. Te toca descansar al fin. Te lo mereces. Tu llama nunca se apagará dentro de nuestros corazones. Descansa merecidisimamente en paz abuelo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)