sábado, 10 de septiembre de 2011

Amores que matan nunca mueren.

"Y morirme contigo si te matas, y matarme contigo si te mueres, por que el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren""
Esto lo dijo un tal Sabina y qué razón tenía. Un amor, una historia de amor, si de verdad fue eso, AMOR, nunca morirá. Puede que sí muera en el exterior, puede que esa persona deje de formar parte de tu vida, puede que compartas tu vida con otra persona.. Que intercambies ese cariño que tanto necesitas con otras personas, pero no.. Dentro de tí, pervivirá para siempre. Recuerdos y más recuerdos, que vienen a tu mente como las olas en la playa, dejando un maldito rastro de ellas, que perdura allí un tiempo, hasta que por fin desaparece.. Aunque sabes a ciencia cierta, que al igual que las olas, éstos volverán a resurgir, y sólo queda desear que de una maldita vez, baje la marea.
Los recuerdos son como olas, vienen, se quedan un rato hasta que poco a poco van desapareciendo.. Hay olas bonitas, cristalinas, suaves.. que te incitan a fundirte en ellas. En cambio hay otras altas y sucias, con algas y suciedad, que lo único que hacen es dejarte mal sabor de boca. Lo mismo pasa con el amor, trae buenos recuerdos y malos recuerdos. Y nosotros, como jóvenes intrépidos nos bañamos en ese mar de recuerdos aunque haya bandera roja.
Pero no pasa nada.. el amor, no hay que recordarlo ni como una cosa buena ni como una cosa mala. No hay que recordar una historia de amor como si ella o él fuese un hijo de puta por haber acabado con ella, porque sabes que también fue él o ella, la persona que te ha echo más feliz.
Una historia de amor hay que recordarla tal como fue.. con sus momentos tristes y sus momentos felices, con los aciertos y errores de cada uno..
Amores que matan nunca mueren, sí, pero no hay nada como morirse de amor.

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